Tu justicia, oh Señor, revelada está,
En el evangelio.
Más tu ira, si, tu ira,
Se revela desde el cielo.
El hombre vive ausente de Dios,
El hombre no hace lo recto,
Sus actos de mal detienen la verdad:
Su eterno poder y deidad.
No te glorifican, aunque te conocen,
No te dan las gracias, son irracionales,
Sólo hay tinieblas en sus corazones,
Por la insensatez de sus imágenes.
Horrenda es del hombre tal conducta,
Y por eso Dios lo entrega al desenfreno,
Por preferir lo malo por lo bueno,
Por despreciar al Dios Eterno.
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