sábado, 14 de marzo de 2020

Más que la miel


Marzo 14,  Lectura: Romanos 1:16, 17
El poder de Dios
En el contexto de lo que meditamos el día de ayer, es explicable el “porque no me avergüenzo del evangelio”, sin embargo, es indudable que el énfasis del apóstol está en “porque es poder de Dios”, y más aún, un segundo énfasis lo da su propósito: “para salvación a todo aquel que cree”.
Que el no avergonzarnos, la acción de un corazón agradecido;  el poder de Dios que transforma la vida entera;  y la salvación por haber creído, el resultado que ese poder produce para ya no ser lo que éramos antes, sean una realidad en la vida de cada uno.
El evangelio es depositario de la justicia de Dios,  y esta se revela desde allí, “por fe y para fe”, lo cual  indica que la fe es el punto de  partida y asimismo la meta de la nueva vida que se comienza a tener en Cristo. Sobre la base de dos acciones de Dios, la justificación y la santificación, está esta verdad: “el justo por la fe vivirá”.
Sana doctrina: (a) “El evangelio es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree”: Crea usted en el evangelio; (b) En el evangelio se revela justicia de Dios: Reconozca que es revelación de Dios, que es según Dios, y que ninguno de nosotros, ni usted ni yo,  hubiéramos podido concebir ni mucho menos llegar a ella si no la revela Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Poesía y pensamientos

Busca hacer lo recto, lo pide el Señor, Mira, tus acciones, las ven alrededor, Los que te conocen, atestiguarán, Y aunque sean peo...