Estar junto a los ríos de Babilonia,
Es sentarse, llorar y acordarse.
Es tener colgadas nuestras arpas,
Es estar cautivos y tristes.
Es estar en tierra extraña.
¿En verdad no olvidaremos
Donde nos congregamos?
¿Y los dones con los que servíamos,
Qué será de ellos?
¿Enmudeceremos?
¿Por qué no pensar mejor en
Alabanza, testimonio y adoración, hoy?
¿Por qué no cuidar nuestra fe,
Dones y servicio, hoy?
¿Por qué no entender el propósito
Que Dios tiene para cada uno?
¿Por qué no clamar siempre al Señor:
"No desampares la obra de tus manos"?
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