Marzo 22, Lectura:
Romanos 3:1-8
Tres cosas de Dios
Estas no pueden ser menoscabadas:
1. Su fidelidad (v. 3): ¿Qué tiene de bueno ser judío? ¿De qué sirve
ser la nación escogida de Dios? Pablo dice que “mucho”, porque a ellos fue
“confiada la palabra de Dios” (vs. 1,2). Esta es un regalo maravilloso que no
porque el pueblo haya sido incrédulo, la fidelidad de Dios fue vana. Siempre ha existido quienes
rechazan la revelación de Dios, y otros que la reciben. Si somos de estos,
sigamos gustando de su fidelidad. Ninguno puede decir que la promesa de Dios ha
fracasado en su vida, pues es uno mismo, por apartarse de él, lo que ha
impedido que se cumpla. Hoy y siempre: “sea Dios veraz, y todo hombre
mentiroso” (v. 4) y los creyentes hemos de creer que Dios es verdad, aunque
nadie lo crea.
2. Su justicia (v. 5): Nunca mi pecado hará injusto a Dios en su
castigo. Mi pecado no quedará impune porque diga que generó algo bueno de Dios. No puede el
hombre, criatura caída, argumentar así contra Dios.
3. Su verdad (v. 7): El juicio sobre mí pecado no se detendrá porque
diga que generó algo bueno de Dios como el apóstol escribe: “si por mi mentira
la verdad de Dios abundó para su gloria”.
“Hagamos males para que vengan bienes” (v. 8) es una perversión de la
doctrina, pues es como si se dijera: Pequemos lo más que podamos para que Dios
pueda ser glorificado aún más.
Sana doctrina: La fidelidad, justicia y verdad de Dios permanecen
intactas a pesar de los argumentos humanos.
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