domingo, 22 de marzo de 2020

Más que la miel


Marzo 22,  Lectura: Romanos 3:1-8
Tres cosas de Dios
Estas no pueden ser menoscabadas:
1. Su fidelidad (v. 3): ¿Qué tiene de bueno ser judío? ¿De qué sirve ser la nación escogida de Dios? Pablo dice que “mucho”, porque a ellos fue “confiada la palabra de Dios” (vs. 1,2). Esta es un regalo maravilloso que no porque el pueblo haya sido incrédulo, la fidelidad de Dios  fue vana. Siempre ha existido quienes rechazan la revelación de Dios, y otros que la reciben. Si somos de estos, sigamos gustando de su fidelidad. Ninguno puede decir que la promesa de Dios ha fracasado en su vida, pues es uno mismo, por apartarse de él, lo que ha impedido que se cumpla. Hoy y siempre: “sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso” (v. 4) y los creyentes hemos de creer que Dios es verdad, aunque nadie lo crea.
2. Su justicia (v. 5): Nunca mi pecado hará injusto a Dios en su castigo. Mi pecado no quedará impune porque diga que  generó algo bueno de Dios. No puede el hombre, criatura caída, argumentar así contra Dios.
3. Su verdad (v. 7): El juicio sobre mí pecado no se detendrá porque diga que generó algo bueno de Dios como el apóstol escribe: “si por mi mentira la verdad de Dios abundó para su gloria”.  
“Hagamos males para que vengan bienes” (v. 8) es una perversión de la doctrina, pues es como si se dijera: Pequemos lo más que podamos para que Dios pueda ser glorificado aún más.
Sana doctrina: La fidelidad, justicia y verdad de Dios permanecen intactas a pesar de los argumentos humanos.

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