Marzo 16, Lectura: Romanos 1:26-32
“Dios los entregó”
Tres veces leemos que “Dios los entregó” (vs. 24, 26, 28). Si observa
se dará cuenta que la acción de Dios es posterior a la acción del hombre, por
eso el hombre no tiene excusa ni tiene derecho de culpar a Dios de su
condición. Veamos los casos:
1. Dios entregó a los hombres “a la inmundicia, en las concupiscencias
de sus corazones”. Dicho de otra manera: que experimente su autodestrucción por
el pecado. ¿No te has preguntado por qué te sigues destruyendo a ti mismo con
el pecado? Es la ira de Dios. Esto lo
hace porque los hombres se hacen un dios según su parecer, cambiando su gloria,
dándole apariencia de criatura (v. 23). Lo hacen una imagen y esto es
peligroso.
2. Dios entregó a los hombres a
la inmoralidad por su idolatría (v. 25). En eso consiste cambiar la verdad de
Dios por la mentira. Cada vez que el hombre se postra, en cualquier
manifestación de culto, ante lo que no
es Dios, está cambiando la verdad de Dios por la mentira.
3. “Dios los entregó a una
mente reprobada” porque no aprobaron “tener en cuenta a Dios” (v. 28). La
palabra reprobada tiene el significado original de aquello que no pasó la
prueba. Se dice que el término era utilizado en las monedas que tenían un
estándar menor y por lo tanto eran rechazadas.
Ante esta realidad, ¿qué respuesta la va a dar a la justicia de Dios,
que se revela en el evangelio?
Sana doctrina: (a) La gloria de Dios es inimitable; (b) El culto a
Dios es verdad, la idolatría es mentira; (c) Tener en cuenta a Dios es tener
una mente aprobada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario