Marzo, 12 Lectura: Romanos
1:1-7
Un mensaje hermoso
Comenzamos con las meditaciones a la Carta a los Romanos. Durante esta
experiencia haremos un apartado conteniendo sana doctrina que deseamos la
reciba por fe; nuestro deseo es que Cristo sea formado en cada uno (Gálatas
4:19). Comencemos:
Pablo se llama a sí mismo “siervo de Jesucristo”, y nos dice que él es
apóstol por llamamiento. ¿En qué serviría? Llevando el nombre de
Jesucristo a toda persona, es decir, el
evangelio de Dios. Para esto había sido apartado (v. 1; Hechos 9:15)).
El evangelio de Dios era una
promesa anunciada por los profetas de la antigüedad; hoy, Cristo, es una
realidad, y en ningún otro hay salvación (Hechos 4:12).
En nuestra porción Pablo nos dice que el evangelio trata acerca de
Jesucristo, que humanamente era del linaje de David (v. 3), es decir, es Rey.
El evangelio también proclama que Jesucristo es Hijo de Dios. Fue su
resurrección la que declaró lo que realmente era: Dios (v. 4).
La frase: “la obediencia a la fe” es la invitación a que se entregue a
Cristo, él es el Hijo de Dios y quiere
ser el Rey de su vida. Los llamados a ser de Jesucristo son también llamados a
ser santos.
Si se entrega a Cristo, gozará de la gracia y paz de Dios nuestro
Padre y del Señor Jesucristo.
Sana doctrina: Cristo es Rey y es Hijo de Dios. Que lo sea de su vida,
crea en él.
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