Marzo 7, Lectura: Salmo 145:1-11
Bendecir y alabar el nombre del Señor eternamente es un gran compromiso
(vs. 1, 2, 21); lo bendecimos al hablar con
verdad lo que él es; y lo alabamos por lo que lo que ha hecho y hace por nosotros, entendiendo que esto es de
ida y vuelta, pues al considerar esto, debo ser capaz de decirle: “Señor, ¿qué
quieres que yo haga?” (Hechos 9:6).
Los hechos poderosos del Señor (vs. 4-7, 12) se celebran, se anuncian,
se meditan, se conversan, se proclaman y se hacen saber. La fiesta de memoria que
el Señor nos dejó, tiene estos ingredientes (1 Corintios 11:23-26).
El Señor, nuestro Dios, en su bondad sostiene (v. 14); sustenta (v.
15); satisface (v. 16); es solidario (v. 17); es solícito (v. 18); salva (v. 19);
es seguro (v. 20).
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