sábado, 28 de marzo de 2020

Más que la miel


Marzo 28,  Lectura: Romanos 5:1-11
“Justificados… por la fe…”
La justificación es la declaración de inocencia que Dios hace del hombre por medio del Señor Jesucristo. Es por la fe y da paz con Dios  (v. 1).
En un tribunal, cuando el jurado declara culpable al enjuiciado, el juez dicta la sentencia que corresponde, y la puerta que se abre para el culpable es la de la prisión. El hombre merecía lo mismo, pero Dios en su infinita misericordia, abre la puerta de su gracia (v. 2).
Tres cosas en las que se gloría el que es puesto en libertad: (a) “En la esperanza de la gloria de Dios”, porque se abre ante él un horizonte nuevo, lleno de luz, muy diferente a la oscuridad de una prisión; es una vida en libertad que también repercute en lo cotidiano (v. 2); (b) En las tribulaciones, que irán produciendo facetas de un nuevo carácter, templado en el sufrimiento, pero también en el amor de Dios, contrario al sufrimiento en prisión que lo único que iría produciendo sería resentimiento y dureza en el corazón, que no tiene el Espíritu Santo (vs. 3-5); (c) “En Dios por el Señor Jesucristo”, quien nos reconcilió (v. 11).
Los tiempos de nuestra salvación: “cuando… éramos débiles”; cuando Cristo murió (Gálatas 4:4).
¿Quién moriría por quién? Tal vez se haría por un justo o por un bueno, pero Cristo murió por nosotros, pecadores a quienes Dios mostró su amor (v. 8).
Un valor agregado a todo esto que encontramos en la frase “mucho más” (vs. 9,10): (a) Somos salvos de la ira; (b) Somos salvos por la vida de Jesucristo.
Sana doctrina: La justificación.

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