Pues aunque andamos en la carne,
no militamos según a carne;
porque las armas de nuestra milicia
no son carnales, sino poderosas en
Dios para la destrucción de fortalezas,
derribando argumentos y toda altivez
que se levanta contra el conocimiento
de Dios, y llevando cautivo todo
pensamiento a la obediencia a Cristo,
y estando prontos para castigar
toda desobediencia, cuando vuestra
obediencia sea perfecta (2 Corintios 10:3-6).
lunes, 2 de diciembre de 2019
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Poesía y pensamientos
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