Diciembre 1 Lectura: 2 Corintios 8:1-9:15
Generosidad
Esta es gracia de Dios; Pablo les dice esto a los hermanos de
Macedonia. Sencillamente los hermanos dieron “conforme a sus fuerzas, y… más
allá de sus fuerzas”. Ellos rogaron que se les concediera “el privilegio de
participar en este servicio a los santos”, y “a sí mismos se dieron primeramente
al Señor” (8:1-6). Los creyentes han de abundar en cuestiones de la vida cristiana,
esta es una de ellas (8:2,7).
La gracia de nuestro Señor Jesucristo es la pobreza que vivió por amor
a nosotros (8:9).
En este contexto, el creyente ha d pensar en igualdad, pues con lo que
tiene ha de suplir lo que no tiene otro; y que lo que los otros tienen supla lo
que él no tiene (8:13,14).
Todas las cosas se han de procurar hacer honradamente, delante del
Señor y de los hombres (8:21).
Ser generosos requiere preparación, prometerse y alistar, para que no
se convierta en exigencia (9:5). Siendo de esta manera, el siguiente principio
se cumplirá: “El que siembra escasamente… segará escasamente; y el que siembra
generosamente, generosamente también segará” (9:6).
Reglas sencillas pero prácticas para el dador (9:7): (a) Dar, como se
propone en el corazón; (b) No hacerlo con tristeza; (c) No hacerlo por
necesidad. La recompensa es grata: “Dios ama al dador alegre”.
En el asunto de dar, Dios no pone el ejemplo: Nos dio su don inefable;
¡gracias (9:15; Juan 3:16)!
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