Para romper alianzas indebidas,
Reconocer que es pecado es necesario,
Y deberá comprometerse,
El firme deseo de obedecerse.
No debe haber desmayo en la tarea,
Resuelto ha de estar cada creyente,
Para eso es necesario acompañarse,
Para que reaccione el desobediente.
Pudiera anular no estar de acuerdo,
Aquello frutos que se hayan hecho,
Y sobre todo, pues si así se hace,
Al creyente será de gran provecho.
No olvidemos que somos sacerdotes,
Y entendamos que estamos obligados,
Así que no es posible aliarnos, con quien
Nuestra identidad, quiera despojarnos.
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