Diciembre 13 Lectura: Nehemías 1:1-2:20
Nehemías va a Jerusalén
Comenzamos con las meditaciones del Libro de Nehemías. Que haya
bendición.
Las noticias que Hanani, hermano de Nehemías y algunos varones le dieron a Nehemías fueron
desalentadoras: el remanente se encontraba en gran mal y afrenta, el muro de
Jerusalén estaba derribado y las puertas quemadas (1:1-3). Esto lo apesadumbró,
sin embargo, oró al Señor (1:4). Estas son las partes de su oración: (a)
Reconoce la grandeza del Señor (1:5); (b) Intercede por los hijos de Israel y
confiesa pecados (1:6); (c) Reconoce que han sido desobedientes (1:7); (d) Pide
al Señor recuerde sus promesas (1:8, 9); (e) La base de su petición (1:10); (f)
Ruega sea oído (1:11).
Nehemías era copero del rey, y no podía estar triste delante del rey,
por eso el rey le preguntó sobre esto. Cuando le explica la causa de su
tristeza, el rey le pregunta que es lo que pide; Nehemías ora y le pide ser
enviado a Judá. Una vez que el rey aceptó, también pidió cartas para que los
gobernadores le franquearan el paso y para que Asaf, le diera madera. El rey se
lo concedió. Cuando lo oyeron Sambalat y Tobías, les disgustó mucho que alguien
fuera a Israel para procurar su bien.
Nehemías llega a Jerusalén y después de tres días, va de noche con
otros varones a inspeccionar el muro. Nadie de la gente importante lo supo, ni
los que hacían la obra, pero los alienta. Los enemigos se burlan y los
desprecian. Nehemías confía que Dios los prosperará y edificarán y dice a los
enemigos que ellos no tienen parte, ni derecho, ni memoria en Jerusalén.
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