Diciembre 24 Lectura: Ester 2:1-23
Ester
Tal vez Vasti pensó que al rey se le pasaría el enojo, pero no fue
así: se acordó de lo que había hecho y lo que se había sentenciado sobre ella.
Así que se dieron a la tarea de buscar otra reina. Se mandó buscar a jóvenes
vírgenes, hermosas, para que la que agradara al rey, quedara en lugar de Vasti
(vs. 1-4).
Hadasa, que es Ester, era hija adoptiva de Mardoqueo, también fue
llevada a la casa del rey, como las demás vírgenes. Ester agradó a los ojos del
rey (vs. 5-9).
Ester no declaró que era judía, como Mardoqueo se lo había ordenado.
Sin embargo, estaba al tanto de ella (v. 10).
Ester ganaba el favor de todos los que la veían, por lo que cuando
llegó el día en que vendría al rey, la amó más que todas las demás. Por eso le
puso la corona real en su cabeza, y la hizo reina en lugar de Vasti. Hizo
además otro banquete, el banquete de Ester y bajó los impuestos y mostró su
generosidad a los ciudadanos (vs. 11-18).
Sentado Mardoqueo a la puerta del rey, se enteró de una conspiración
contra el rey. Mardoqueo lo denunció a la reina Ester, quien a su vez, se lo
hizo saber al rey, en nombre de Mardoqueo. Se castigaron a los responsables y el
caso fue escrito en el libro de las crónicas del rey (vs. 19-23).
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