Diciembre 3 Lectura: 2 Corintios 12:1-13:14
Debilidad
Al apóstol no le convenía
gloriarse, sin embargo, tenía las revelaciones del Señor y la experiencia extraordinaria de haber sido
arrebatado hasta el tercer cielo, al paraíso, “donde oyó palabras inefables”.
Por sobre todo esto prefería hacerlo en sus debilidades. Además, para que no lo
exaltaran las revelaciones, se le había
dado un aguijón en la carne, por el que hasta tres veces había rogado a Dios se
lo quitara. La respuesta del Señor fue: “Bástate mi gracia; porque mi poder se
perfecciona en la debilidad” (12:1-9).
Las experiencias del creyente no son para jactancia, la actitud
siempre habrá de ser de humillación delante del Señor, él exaltará (Santiago
4:10).
Algo que hemos de tener presente siempre, es la debilidad en la que
fue crucificado Cristo, quien vive por el poder de Dios (13:4).
La trinidad presente en el saludo final: “La gracia del Señor
Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo” (13: 14). Que
también sea con nosotros.
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