Diciembre 12 Lectura: Esdras 10:1-44
Pon mano a la obra
Desolado Esdras y entre lágrimas amargas el pueblo, reconocieron que
habían pecado, y se comprometieron, mediante pacto, a despedir a las mujeres
que habían tomado.
Tuvieron que alentar a Esdras porque se hallaba totalmente deprimido
por la situación, para que pusiera manos a la obra, sin embargo, no reaccionaba,
aislándose y ayunando, entristecido a causa del pecado cometido.
Se convocó a una reunión, advirtiéndose que quien no acudiera perdería
su herencia y sería excluido de la congregación. En medio de un clima extremo,
se expuso el asunto, buscando la gloria de Dios y el compromiso para solucionar
el conflicto, haciendo la voluntad del Señor. El pueblo estuvo de acuerdo (10:
1-12).
Por causa del clima, y porque el proceso sería largo, se propuso que
se hiciera por grupos hasta terminarlo. La nota triste es que también de los
hijos de los sacerdotes hubieron quienes cometieron este pecado (10:13-44).
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