El testimonio de nuestra conciencia,
Es que con sencillez y sinceridad de Dios,
Nos conduzcamos en el mundo.
Mi Sí y No en la carne no ha de ser.
Pues Dios es fiel.
Cristo no es Sí y No, sino Sí en él.
Las promesas todas de Dios,
Son Sí y Amén en él:
Sus hijos somos el medio, ¡gloria a él!
Si perdonas, consuela; vénzase la tristeza,
Confirmase el amor, pruébese obediencia,
Perdonad en presencia del Señor.
Del olor del conocimiento de Dios,
Brota olor grato de Cristo en quien se salva,
Y de muerte para muerte en quien se pierde.
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