Lo que somos ha de ser a Dios manifiesto,
No te recomiendes, no aparentes, en el corazón,
Que te constriña de Cristo su amor,
Que su muerte sea tu muerte,
Vive para el que murió, y resucitó.
Somos otro u otra, nuevos somos,
En Cristo estamos y esto es así,
Lo que era nuestro ayer, ya no lo es,
Lo que vivo en mi presente, nuevo es:
Vive para el que murió, y resucitó.
Embajadores somos en el nombre del Señor,
Por eso en su nombre nos ruega: Reconciliaos…
Ya Cristo hizo la obra, sin pecado conocer,
Más por nosotros pecado fue hecho,
Para en él hacernos de Dios justicia.
Ya es tiempo, es el día, no reciba en vano la gracia,
Nada ni nadie estorbe tan gran decisión,
El Dios viviente quiere que seas templo,
Y si aceptas serlo, rechaza el yugo del incrédulo,
Y por sus promesas, limpia tu vida en santidad perfecta.
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