No te niegues a tu esposa,
No te niegues a tu esposo,
Sólo si es que han de orar:
Ya no hay potestad sobre su cuerpo.
Si puedes quedarte soltero,
Cuidarás de las cosas del Señor,
Más si agradar a tu mujer es tu fin:
Las cosas del mundo cuidarás.
No te separes del marido,
Pues ya no podrás casarte,
Así tendrás que quedarte,
Hasta entre tanto él viviera.
Si tu cónyuge no es creyente,
Pero quiere estar contigo: no la dejes.
Más si lo quiere hacer, sepárate:
No estás sujeto a servidumbre.
Casarse es hacer bien,
No casarse es hacer mejor.
El que se casa no peca,
Pero que se haga en el Señor.
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