Noviembre 15 Lectura: 1 Corintios 8:1-13
Sólo hay un Dios
El tema que ahora aborda el apóstol es acerca de lo sacrificado a los
ídolos (v. 1). Pablo dice que en relación a esto todos tienen conocimiento,
pero prefiere tratarlo sobre la base de lo que edifica: el amor; y no lo que envanece: el conocimiento.
Imaginar que se sabe, no sirve de nada, en cambio, si amamos a Dios,
él nos conoce (vs. 2,3).
Una vez dicho esto, procede a tratar el tema y comienza diciendo que
el ídolo nada es en el mundo, porque no hay más que un Dios. Declara que para
los creyentes, hay un Dios, el Padre y un Señor Jesucristo, sustancia de todas
las cosas y de nosotros (v. 6).
Este conocimiento no lo hay en todos, por esa razón su conciencia se
contamina (v. 7).
La vianda no determina ser más o menos delante de Dios, pero sí puede
ser tropiezo para el débil, pues si ve comer de lo sacrificado a los ídolos, su
conciencia débil lo puede estimular a hacer lo mismo. De esto hay que tener
cuidado, ya que el hermano débil, por quien murió Cristo, puede perderse.
Además se peca contra Cristo (vs. 8-12).
La conclusión es: si la comida hace tropezar a mi hermano, no debo
comer la carne sacrificada a los ídolos. No debo poner tropiezo a mi hermano
(v. 13)
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