sábado, 25 de abril de 2020

Más que la miel


Abril 25, Lectura: Oseas 1:1-11
Oseas y Gomer
Hoy comenzamos a meditar en el Libro del profeta Oseas. Como las veces anteriores se les pide leer en sus Biblias la porción indicada. Que haya bendición.
El profeta Oseas (Salvación) realizo su trabajo durante los reinados de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá; y en los días de Jeroboam, rey de Israel. Era hijo de Beri (v. 1).
“Dijo Jehová a Oseas” (v. 2): Antes que nada Dios se dirige a Oseas por algo para su propia vida. Aceptemos que Dios así trabaja. Tal vez Oseas hubiera preferido que Dios le diera una palabra para alguien más. Pero antes de que el profeta le pudiera hablar a la nación, primera debía  escuchar lo que Dios tenía para él. Lo que Dios le pide hacer a Oseas no es fácil. Le pide que tome a “una mujer fornicaria…porque la tierra fornica apartándose de Jehová” (v. 2).  Esto es una ilustración  en la que Jehová es el marido de Israel, para quien  los ídolos era el hecho de fornicar, siéndole infiel.
La mujer que tomó Oseas se llamó Gomer; con ella tuvo tres hijos, dos varones y una mujer. Estos hijos significaron castigo al reino de Israel, no más compasión para ellos  y fin de la relación pueblo – Dios. Sin embargo, Judá, el otro reino, es objeto de misericordia y a Israel se le hace una promesa de reinstalación como pueblo (vs. 3-11; Romanos 9: 15).
Como lo que hace Oseas con Gomer, Cristo lo hace con nosotros, por eso ya no le seamos infieles al Señor, y cada día renovemos nuestro amor a él (Juan 21:17; Romanos 8:39).

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