Abril 25, Lectura: Oseas 1:1-11
Oseas y Gomer
Hoy comenzamos a meditar en el Libro del profeta Oseas. Como las veces
anteriores se les pide leer en sus Biblias la porción indicada. Que haya
bendición.
El profeta Oseas (Salvación) realizo su trabajo durante los reinados
de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá; y en los días de Jeroboam, rey
de Israel. Era hijo de Beri (v. 1).
“Dijo Jehová a Oseas” (v. 2): Antes que nada Dios se dirige a Oseas por
algo para su propia vida. Aceptemos que Dios así trabaja. Tal vez Oseas hubiera
preferido que Dios le diera una palabra para alguien más. Pero antes de que el
profeta le pudiera hablar a la nación, primera debía escuchar lo que Dios tenía para él. Lo que
Dios le pide hacer a Oseas no es fácil. Le pide que tome a “una mujer
fornicaria…porque la tierra fornica apartándose de Jehová” (v. 2). Esto es una ilustración en la que Jehová es el marido de Israel, para
quien los ídolos era el hecho de
fornicar, siéndole infiel.
La mujer que tomó Oseas se llamó Gomer; con ella tuvo tres hijos, dos
varones y una mujer. Estos hijos significaron castigo al reino de Israel, no
más compasión para ellos y fin de la
relación pueblo – Dios. Sin embargo, Judá, el otro reino, es objeto de
misericordia y a Israel se le hace una promesa de reinstalación como pueblo
(vs. 3-11; Romanos 9: 15).
Como lo que hace Oseas con Gomer, Cristo lo hace con nosotros, por eso
ya no le seamos infieles al Señor, y cada día renovemos nuestro amor a él (Juan
21:17; Romanos 8:39).
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