Que no falte la verdad que a ti te forme,
Ni que falte misericordia en tu corazón,
Y si el conocimiento está en tu vida,
De Dios tendrás la aprobación.
Así no habrá en tu vida destrucción,
Ni escucharás de Dios despido,
Agradece a Dios la ocasión,
Pues nunca le serás desconocido.
No sigas los pasos del que cae,
Esa indómita novilla que se aparta,
Para que no escuches de Dios el déjale,
O el afanada y turbada que le dijo a Marta.
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