Abril 14, Lectura: Romanos 11:19-24
Las ramas y el olivo silvestre
“Dirás” (v. 19), habla un gentil presuntuoso, “fueron desgajados, para
que yo fuese injertado”, propósito que demuestra menosprecio por los excluidos
judíos.
“Bien” (v. 20) quizá irónico, o Pablo simplemente está admitiendo la
declaración y muestra al gentil en su verdadera situación. El contraste de dos instrumentos: “Por su incredulidad”; “por
la fe”. “No te ensoberbezcas”. No tengas orgullosos pensamientos.
“Si Dios no perdonó”. Medite en la negación del verbo que incluye la
realidad judía y la posibilidad gentil.
“La bondad y la severidad de Dios” (v. 22). La segunda frase está
relacionada con desgajar de manera abrupta. A esta frase le sigue otro
contraste: severidad para los caídos, bondad para el que fue injertado; “si
permaneces en esa bondad (condición); pues de otra manera”, es decir, por
cuanto si tú no continúas, tú también como las ramas judías “serás cortado”.
Si no permanecen
en incredulidad (v. 23). Medite en la condición y agregue a su
meditación la frase: “Pues poderoso es Dios”.
“Contra naturaleza”, aquí está la sustancia de la argumentación, el
poder de Dios para hacer lo que es contrario a los procesos naturales. Él puso
el olivo silvestre (los gentiles) en el buen olivo (el Israel espiritual) e
hizo que el olivo silvestre (contra natura) se transformara en buen olivo.
Sana doctrina: (a) No te
ensoberbezcas, sino teme; (b) Bondad y severidad de Dios: Aquella para el
gentil si permanece en ella; esta para los judíos que cayeron; (c) Poderoso es
Dios para volver a injertar al judío si no permanece en incredulidad.
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