Abril 24, 2020 (blog) Lectura: Romanos 16:1-27
Hermanos
Dos vertientes de pensamiento le proponemos al meditar en esta
porción, una, el amor del apóstol por los hermanos; este es tan grande que no
escatima elogios al referirse a ellos, la otra, la obra de cada uno de ellos. Las
dos harían de cualquier iglesia local un lugar de bendición y de riqueza espiritual.
(a) Priscila y Aquila: esposos que expusieron su vida por el apóstol;
él y las iglesias les estaban muy agradecidos. Ellos habían abierto su casa
donde se reunía la iglesia; (b) Epeneto (Digno de alabanza): amado por el apóstol, era el primer fruto de
Acaya para Cristo; (c) María: era muy trabajadora; (d) Andrónico y Junias:
Parientes y compañeros de prisión del apóstol, muy estimados entre los
apóstoles y convertidos antes que Pablo; (e) Amplias: También amado en el
Señor; (f) Urbano: Colaborador en Cristo Jesús; (g) Estaquis (Espiga de grano):
el apóstol lo llama “amado mío”; (h)
Apeles (Consejero del pueblo o llamado): el apóstol lo llama “aprobado en
Cristo”; (i) Aristóbulo: el apóstol pide
saludar a su familia; (j) Herodión era pariente del apóstol; (k) Narciso: el
apóstol manda saludar a su familia que está en el Señor; (l) Trifena y Trifosa:
dos hermanas que trabajaban en el Señor; (m) Pérsida: el apóstol la llama
“amada” y dice de ella que ha trabajado mucho en el Señor; (n) Rufo y su madre:
el apóstol los manda a saludar; considera a la madre de Rufo como suya; (ñ)
Asíncrito, Flegonte, Hermas, Petrobas, Hermes y hermanos: el apóstol los manda
a saludar; (o) Filologo, Julia, Nereo, Olimpas y a los santos que están con
ellos: el apóstol los manda a saludar. ¡Hermanos maravillosos! Para estar con
estos hermanos llegaría Febe. Pablo pide que la ayuden porque ella lo ha hecho
con muchos.
Uno podría pensar que con tales hermanos no habría problemas en la
iglesia, sin embargo, el apóstol manda a fijarse en los que causen división y
tropiezos en contra de la doctrina, para el apóstol estos no sirven al Señor
sino a sus vientres. Contra estos están los hermanos obedientes y Dios, quien
aplastará a Satanás. Al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para
siempre Amén.
Sana doctrina: El que causa división y tropiezos en contra de la
doctrina no sirve a Cristo, sino a su propio vientre.
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