Abril 3, Lectura: Romanos 7:7-16
Ocasión
El apóstol formula ahora esta pregunta: ¿La ley es pecado? En vista de
lo que ha dicho, la pregunta es pertinente y la contesta como en otras
ocasiones: “en ninguna manera”. A la pregunta opone aquello para lo que le ha
servido la ley, esto es: para conocer el pecado (v.7).
La dinámica del pecado en donde la advertencia de “No codiciarás” se
convierte en un llamado de acción debido a los corazones pecaminosos y
rebeldes.
“Sin la ley el pecado está muerto” pero el deseo de codiciar se
despierta simplemente porque la ley lo prohíbe (vs. 8, 11). La palabra “ocasión”
es un término militar, el cual tiene el significado de una base de operaciones.
Por la ley revivió el pecado y esto trajo muerte, acabándose el tiempo
vivido sin ley (v. 9).
Una pregunta más del apóstol con la clásica respuesta: ¿Luego lo que
es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera” (v. 13). Aquí se
desenmascara al pecado, pues al producir muerte por medio de lo que es bueno,
hace el acto “sobremanera pecaminoso” (v. 13).
Lo que se hace, no se entiende, porque no se hace lo que se quiere,
sino que se hace lo que se aborrece (v. 15). Aquí se manifiesta una falta de poder debido a que la ley no da
poder.
Si se hace lo que no se quiere, entonces la ley es buena (v. 16).
Sana doctrina: (1) “La ley… es santa, y el mandamiento santo, justo y
bueno (v. 12); (2) “La ley es
espiritual”, en cambio, el hombre, como carnal, está vendido al pecado (v. 14).
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