Abril 15, Lectura: Romanos 11:25-36
Misericordia vs. Endurecimiento
El apóstol sigue mandando a no ser arrogantes y lo hace sobre la base
de que el misterio del endurecimiento de Israel ha ocurrido en parte hasta la
plenitud de los gentiles (v. 25). Un dato interesante de la palabra
“endurecimiento” es que denota torpeza en el discernimiento intelectual,
embotamiento mental.
Los puntos de dificultad acerca del hecho de que los judíos no hayan
aceptado al Señor Jesús como el Mesías Dios lo ha empleado para bendición de
los gentiles, con un rayo de esperanza todavía resplandeciendo para los judíos,
ya que como está escrito: “todo Israel será salvo, pues su Libertador apartará de ellos la impiedad y sus pecados
sean quitados (vs. 26,27).
Llama la atención la posición que hoy tienen los judíos en cuanto al
evangelio y la elección: “en cuanto al evangelio son enemigos… pero en cuanto a
la elección son amados por causa de los padres” (v. 28).
¡Cuánta confianza hay en las palabras: “Porque irrevocables son los
dones y el llamamiento de Dios” (v. 29)! Si para los judíos esto es así, sin
duda también para nosotros.
Nuestro ayer era de desobediencia, pero ahora hemos alcanzado
misericordia por la desobediencia de los judíos; el presente de los judíos
ahora es de desobediencia, la promesa es que alcanzarán misericordia por la
misericordia que se nos concedió a nosotros (vs. 30,31). De esta manera, la
historia es: todos desobedientes, para todos misericordia (v. 32).
¡Oh profundidad...! Estas palabras nos llevan a pensar en la gracia efectiva de Dios y de su bondad. El
apóstol ha sido llevado hasta las alturas, y desde allí contempla la sabiduría
y el conocimiento de Dios, plenamente consciente de su incapacidad para sondear
el fondo con la razón y las palabras humanas. Hemos de sentirnos como el
apóstol y unirnos a él en alabanza a nuestro Dios (vs. 33-36).
Sana doctrina: “Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener
misericordia de todos” (v. 32).
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