Cuánto bien me hace tu Palabra,
En este entorno violento y agresivo,
No importa que el mundo me rechace,
Y si sufro por desearla, qué importa.
A los soberbios que se oponen,
Y prefieren otro camino, repréndelos;
Confío que el oprobio y menosprecio,
Apartarás, Señor, si te obedezco.
Si conspiran, si murmuran, meditaré,
Tu Palabra es mi delicia y consejera.
Abriré mis ojos, miraré sus maravillas,
Cuánto bien me hace tu Palabra.
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