Febrero 19, 2020 Lectura: Salmo 119: 161-176
Sin (vs. 161-168)
Cuando se lograba la victoria en una batalla, el botín o despojos de
guerra era parte de la victoria, y el ejército vencedor lo tomaba con gran
alegría (Jueces 5:30). Riquezas y cosas valiosas eran llevadas a su país, donde
también se regocijaban. El salmista compara este regocijo con el regocijo que
hallaba en la Palabra (v. 162).
La alabanza perfecta la produce la Palabra (v. 164).
Tau (vs. 169-176
Al orar pidamos entendimiento pero de acuerdo a la Palabra; libertad y que nuestros labios rebosen alabanza (vs.
169, 170).
La vida errada de ayer ya no es más, no nos salgamos del camino, la
Palabra nos ayuda (v. 176).
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