Ayer, si Cristo no nos hubiera encontrado,
Estaríamos perdidos, irremisiblemente.
Nosotros no escapamos del enemigo,
Cristo nos compró con su sangre.
Ese enemigo está vencido,
No tiene más poder sobre mi vida,
Porque esta le pertenece a Cristo.
Ahora vivo seguro, confiado estoy,
A mí alrededor, está mi Señor.
Su paz ya está en mí,
Él me ayuda a andar en rectitud.
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