Febrero 27, Lectura: Salmo 133:1-134:3
Salmo 133
Este Salmo y el siguiente comienzan con el imperativo: “Mirad”.
Entonces pongamos atención.
Además de ser buena y deliciosa la relación entre hermanos, su
convivencia; el salmista va más allá y la compara con el día cuando Aarón fue
ungido como sumo sacerdote, describe cómo
el aceite fue derramado sobre su cabeza, descendiendo sobre su barba hasta
llegar al borde de sus vestiduras. Esta es la fresca bendición de Dios a su
siervo. Este fue un día muy especial no
sólo para Aarón, también lo fue para el pueblo. Este día fue ver a Aarón tomado
bajo el control del Espíritu de Dios, lo cual sería la clave para mantener
fuertes los lazos de amor entre los hermanos. Así es también para nosotros, si
es que queremos disfrutar de la armonía con los hermanos (Efesios 5:18).
Salmo 134
Bendecir al Señor es la orden que acompaña al “mirad”. A todos los
siervos es mandado esto, aprovechando el silencio de la noche, sin que nos
venza el sueño. Las manos alzadas es un cuadro excelente del siervo que trae su
ofrenda de bendición. No nos olvidemos de ofrecer nuestros sacrificios
espirituales a Dios por medio de Jesucristo. Por eso somos casa espiritual (1
Pedro 2:5).
No hay comentarios:
Publicar un comentario