Febrero 26, Lectura: Salmo 132:1-18
Tanto impactaban los juramentos, promesas y resoluciones que David
hacía, que se convertían en temas de alabanza. Este Salmo se refiere al día
cuando este gran rey se propuso construir un templo para Jehová. David estaba
dispuesto a no dormir, y aunque no pudo cumplir su deseo, allí queda este, para
que tomemos ejemplo (vs. 1-7).
David quería para el Señor el lugar de su reposo; para los sacerdotes
sus vestidos blancos, símbolos de la justicia y para el pueblo el regocijo que
esto significara. Esto no podía ser motivo de afrenta (vs. 8-10)
Lo que da Dios es seguro, lo que deseo yo, está en su voluntad. Templo
y trono. Dios no le concedió a David que le edificara templo, pero si le juró
trono eterno (vs. 11, 12).
Templo o Sión, ¿qué elige Dios como lugar de su reposo para siempre?
Sión es su habitación querida y hará mucho más
a sus sacerdotes, al pueblo y aún a David. Él tendrá lámpara dispuesta
(vs. 13-18).
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