Febrero 17, Lectura: Salmo 119: 129-144
Pe (vs. 129-136)
La Palabra actúa sobre cada acto de nuestra vida, impide, si la
obedecemos, que el mal domine (v. 133). Impacta en el alma, en la mente y en
los sentidos. Por eso, además de obedecerla, hemos de desearla y aprenderla
(vs. 129-131, 136).
Tsade (vs. 137-144)
La esencia de la Palabra es su pureza; por eso nuestra respuesta ha de
ser amarla, humillarnos y sentirnos indignos. Teniendo esta actitud, no la
olvidaremos (vs. 140, 141). No es menos su rectitud (vs. 137, 138).
Pensar en la justicia eterna de Dios es comprobar la veracidad de su
Palabra, y algo más, si la entendemos, da vida (vs. 142, 144).
La muerte de Cristo en el Calvario es “justicia eterna”. En nuestra
justificación por la fe en nuestro Salvador hay verdad y vida (Romanos 5:1).
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