Mayo 9, Lectura: Amós 1:1-10
“No revocaré su castigo”
Comenzamos a meditar en el Libro del profeta Amós, que fue uno de los
pastores de un lugar llamado Tecoa y que realizó su labor profética en días de
Uzias y Jeroboam reyes de Judá e Israel dos años antes del terremoto (v. 1). Su
nombre significa carga o el que lleva una carga. Amós era un hombre sencillo
dedicado a las labores del campo, como él mismo lo expresa: ”No soy profeta…
soy boyero, y recojo higos silvestres. Y Jehová me tomó de detrás del ganado…” (Amós 7: 14,15).
Siete veces se repite una sentencia: “Por tres pecados de…y por el
cuarto, no revocaré su castigo; porque…”. Esta se hace contra las naciones
siguientes: Damasco, Gaza, Tiro, Edom,
Amón, Moab y Judá. En esta lectura veremos los casos de Damasco, Gaza y Tiro
(v. 3, 6, 9).
Dios, dice Amós, rugirá desde Sión y dará su voz desde Jerusalém; esto
afectaría la tierra y al mencionar la cumbre del Carmelo, seguramente está
recordando la victoria de Israel sobre la idolatría.
¿Qué hizo Damasco? “Trillaron a Galaad con trillos de hierro”. Podemos
pensar en una crueldad extrema y destrucción completa.
¿Qué hizo Gaza? “Llevó cautivo a
todo un pueblo para entregarlo a Edom”. Lo que Dios condena es la acción de
vender por dinero.
¿Qué hizo Tiro? “Entregaron a todo un pueblo cautivo a Edom, y no se
acordaron del pacto de hermanos”. La rivalidad entre Jacob y Esaú (Edom) siempre
le llevó a este último a la maldad olvidando los principios básicos de la
fraternidad.
El elemento de juicio es el fuego para estas naciones, casas y
palacios, los muros de la ciudad (vs. 4, 7, 10).
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