Mayo 12, Lectura: Amós 3: 1- 8
“Oíd…”
En cuatro ocasiones el mensaje
de Amós inicia de esta manera, con el imperativo oír. Se
manda oír la palabra que Dios ha hablado en contra de Israel, el que
sacó de Egipto. Qué triste que no entendamos, de un lado Israel, que se olvida
de su redención y de que son los únicos, y del otro, nosotros, que también lo
hacemos, aun sabiendo que tenemos mayor responsabilidad por ello (vs. 1 ,2).
Tengamos cuidado.
Siete preguntas se le mandan oír a Israel (vs. 3-6), las cuales, si
las queremos responder, sus respuestas son obvias, de sentido común. La
séptima: “¿Habrá algún mal en la ciudad, el cual Jehová no
haya hecho?”, resume a las seis anteriores, ya que cuando venía juicio
contra Israel, todos debían saber que era de parte de Jehová y que no era un accidente, fortuna, o
algo por el estilo, porque el Señor no oculta nada, y revela su secreto a sus
siervos los profetas (v. 7). Hoy nosotros tenemos la bendición de que el
unigénito Hijo, Jesucristo, vino del seno del Padre, a darlo a conocer (Juan
1:18).
No hay comentarios:
Publicar un comentario