miércoles, 6 de mayo de 2020

Más que la miel


Mayo 6, Lectura: Oseas 12:1-14
Remembranzas
Las alianzas con asirios y Egipto eran para Dios como disfrutar de un viento que debilitaba y les perjudicaba. Qué insensato es el hombre que cree que en este mundo puede encontrar a alguien más confiable que a Dios.
Rememorando el pasado, Dios recuerda al Jacob de Génesis, que en su nacimiento toma con astucia el calcañar de su hermano. Recuerda también su lucha con el ángel a quien vence, sin embargo, leemos que prevaleció; lloró,  y le rogó, es decir,  lo cual es lo mismo que verlo rendido, rogando con lágrimas la bendición.
Aquella ocasión Jacob volvía a su Dios, lo cual pudo hacer sólo con la ayuda del Señor, pues somos muy débiles. Las siguientes palabras tenlas en tu corazón, es una invitación del Señor para ti: “Tú, pues, vuélvete a tu Dios; guarda misericordia y juicio, y en tu Dios confía siempre”. Difícil pero no imposible cuando se ha vivido en medio de la corrupción del mundo.
Oseas realizó su labor de profeta cuando había gran prosperidad, pero también una gran decadencia espiritual y moral en Israel. Cuando las cosas están bien económicamente, es difícil para las personas creer que  están en problemas.
Rememorando nuevamente Dios se refiere al exilio que  Jacob tuvo en Aram al huir de Esaú, y las penurias que pasó en casa de Labán su suegro. Ahora, por no obedecer a la voz de sus profetas, también los llevaría al exilio.

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