Mayo 6, Lectura: Oseas 12:1-14
Remembranzas
Las alianzas con asirios y Egipto eran para Dios como disfrutar de un
viento que debilitaba y les perjudicaba. Qué insensato es el hombre que cree
que en este mundo puede encontrar a alguien más confiable que a Dios.
Rememorando el pasado, Dios recuerda al Jacob de Génesis, que en su
nacimiento toma con astucia el calcañar de su hermano. Recuerda también su
lucha con el ángel a quien vence, sin embargo, leemos que prevaleció;
lloró, y le rogó, es decir, lo cual es lo mismo que verlo rendido, rogando
con lágrimas la bendición.
Aquella ocasión Jacob volvía a su Dios, lo cual pudo hacer sólo con la
ayuda del Señor, pues somos muy débiles. Las siguientes palabras tenlas en tu
corazón, es una invitación del Señor para ti: “Tú, pues, vuélvete a tu Dios;
guarda misericordia y juicio, y en tu Dios confía siempre”. Difícil pero no
imposible cuando se ha vivido en medio de la corrupción del mundo.
Oseas realizó su
labor de profeta cuando había gran prosperidad, pero también una gran
decadencia espiritual y moral en Israel. Cuando las cosas están bien
económicamente, es difícil para las personas creer que están en problemas.
Rememorando nuevamente Dios se refiere al exilio que Jacob tuvo en Aram al huir de Esaú, y las
penurias que pasó en casa de Labán su suegro. Ahora, por no obedecer a la voz
de sus profetas, también los llevaría al exilio.
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