Mayo 2, Lectura: Oseas 8:1-14
Nuestro Hacedor
El capítulo de nuestra porción termina diciendo: “Olvidó, pues, Israel
a su Hacedor…”. La humanidad de nuestro tiempo ha hecho esto también, y le ha
dado el lugar a la religión, a sus propios proyectos, a sus aspiraciones, sin creer que un día,
todo esto pasará. ¿Usted también se ha olvidado de su Hacedor?
Israel es un infractor rebelde y falso, anárquico e idolatra. La
realidad es que sembraron viento, y segaron torbellino, por eso Israel tendía a
ser una nación menospreciada, teniendo que pagar para ser aceptada. Qué triste
condición; que no pase así con los hijos de Dios, los que Cristo compró con su sangre. Somos sal y luz del mundo;
que no dejemos de dar sabor ni de brillar en medio de este mundo en corrupción
y tinieblas (Mateo 5:13,14).
Ya no ofendamos más al Señor, démosle sólo a él nuestra adoración; ya
no nos postremos ante ningún ídolo, amémosle por sobre todas las cosas y
obedezcamos su Palabra.
No seamos como Israel. No nos olvidemos de nuestro Hacedor.
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