domingo, 10 de mayo de 2020

Más que la miel


Mayo 10, Lectura: Amós 1:11-2:5
“No revocaré su castigo” II
Decíamos ayer de ocho sentencias, hoy también asentamos que, después de decir el Señor la causa de su sentencia, procedía un juicio; hoy continuamos con los juicios sobre Edom, Amón, Moab y Judá.
¿Qué hizo Edom? Hemos de aprender que muchas de las naciones mencionadas por la Biblia, llevan el nombre del padre de quien provienen sus descendientes. En este caso Edom, que significa rojo, es Esaú, hermano de Jacob, hijos de Isaac y Rebeca. El nombre de Edom alude al guisado rojo por el que este hombre vendió su primogenitura (Génesis 25:27-34). Pero, ¿qué hizo Edom? “Persiguió a espada a su hermano, y violó todo afecto natural; y en su furor le ha robado siempre, y perpetuamente ha guardado el rencor” (1:11). La enemistad entre hermanos daña mucho el corazón y puede llevar a actos que afecten el patrimonio del otro. Lo triste de esto es que muchas de las veces el rencor hace más fuerte la separación (Proverbios 18:19, 24). El juicio es con fuego  sobre Temán, ciudad reconocida por su sabiduría y a sus palacios (1:12).
¿Qué hizo Amón? Este pueblo proviene de uno de los dos hijos de Lot, sobrino de Abraham (Génesis 19:38). Pero, ¿qué hizo Amón? Abrieron a las mujeres de Galaad que estaban encintas, todo para ensanchar sus tierras (1: 13). Terminar con la vida de otro es pecado, pero segar la vida de aquel está por nacer es maldad extrema. Hoy, el hombre de este tiempo, mediante sus leyes, pretende establecer que cometer esta maldad sea natural, normal, como si una ley pudiera ocultar esta atrocidad delante de Dios. El juicio es de fuego a sus muros y palacios y cautiverio a su gente importante (1:14, 15).
¿Hizo Moab?  Este hombre fue el otro hijo de Lot. La nación “quemó los huesos del rey de Edom hasta calcinarlos” (2:1). Crueldad es lo que castiga el Señor. El juicio es de fuego a sus palacios y la justicia vuelta contra los privilegiados (2:2,3).
¿Qué hizo Judá? Menospreciaron la ley de Jehová, no guardaron sus ordenanzas y erraron con las mismas mentiras en las que anduvieron sus padres (2: 4). Que se tenga en poco la Palabra de Dios, que no se obedezca, porque se cree que lo que nos enseñaron nuestros padres es mejor, tiene consecuencias eternas. El fuego consumiría los palacios de Jerusalén.  ¿Cuándo le presentan a Cristo para que él sea su Salvador, dice usted que no, porque usted sigue lo que le enseñaron sus padres? ¿No teme las consecuencias? ¡Tema!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Poesía y pensamientos

Busca hacer lo recto, lo pide el Señor, Mira, tus acciones, las ven alrededor, Los que te conocen, atestiguarán, Y aunque sean peo...