Pedro, soliloquio:
Mientras subíamos al monte,
Una sola pregunta llevaba conmigo:
¿Dónde vamos a habitar?
Estábamos cansados,
Aunque el Maestro parecía que no.
No, no lo estaba, nunca se cansaba.
A mi parecer nunca se cansaba.
Cuando llegamos, busque una piedra donde sentarme.
En eso estaba… cuando de pronto…
Recuerdo que todo lo resumí diciendo,
Que habíamos visto con nuestros propios ojos su majestad.
¡Cuántas cosas habíamos visto de él!
Pero esa ocasión, cuando se transfiguró:
Vimos su majestad.
¿Dónde íbamos a habitar?
Si, recuerdo que externé mi preocupación,
Y sugerí unas enramadas…
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