miércoles, 15 de enero de 2020

Más que la miel


Enero 15,  Lectura: Mateo 14:1-36
Jesucristo, su mensajero
Por un juramento infame del perverso Herodes y la petición de  una infame  mujer que buscaba acallar su conciencia, a Juan el Bautista lo matan.  Así terminaba la vida del que siendo el más pequeño de los profetas, había tenido el privilegio que no habían tenido los más grandes. Leamos como epitafio en su sepulcro, una de sus frases más grandes: “Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe” (Juan 3:30). ¡Misión cumplida!
El Señor Jesús debía continuar con su misión. Frente a él, la gente estaba en necesidad, sus discípulos batallaban  con su fe y el diablo tenía muchos oprimidos con enfermedades. Aún faltaba mucho por hacer.

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