Aquella mañana al despertarte?
¿Pensaste acaso que te encontrarías
Con él más santo de los hombres
Y, de esa manera, cargando su cruz?
¿Pensaste acaso que habrías de llevar
La cruz del nazareno?
Pero lo hiciste, cuando el soldado aquel,
Tal vez no de buen modo…
(Era imposible esperar de los soldados romanos
Una pizca de amabilidad).
Te obligó a cargar la cruz de él…
¿Cuántos pasos caminaste a su lado?
Yo quiero pensar que tu respuesta sería:
Todos los que caminaría en la vida,
Con esa preciosa carga de su cruz.
Así han de ser los míos,
Así deben ser los tuyos,
De todos, así han de ser,
Porque si hay una manera de vernos,
Dando pasos en esta vida,
Es cargando su cruz.
Cuando hagamos esto entenderemos,
Que él quiso sufrir por mí,
Que en su “lama sabactani”
Yo tuve todo que ver.
Más también he de entender,
Que él abría un camino,
Por el cual podíamos volver a Dios.
¿Qué pensaste Simón,
Aquella mañana al despertarte?