Octubre 26 Lectura: Salmo 91:1-16
Abrigo y sombra
Este Salmo es también el favorito de muchos creyentes. Nos habla de
diversas circunstancias en las que el miedo podría hacer presa fácil de los
creyentes.
Las palabras clave para vencer el miedo están al inicio del Salmo (v.
1), y son: “Habitar” y “morar”. “Habitar” nos habla de una decisión de estar
en; y “morar” del privilegio de estar
allí. Que sea el Señor nuestra esperanza
y nuestro castillo, en él confiemos.
a) “El lazo del cazador” y “la peste destructora” (v. 3): ¿Qué es esto
de lo que el Señor nos ha librado? Cual las aves, nos ha librado de los
enredos en los que hemos caído en nuestra
vida; y que decir de males y enfermedades.
En este caso nuestro Señor se yergue cual una ave bajo cuyas alas estamos
seguros y extiende ante nosotros el escudo de su verdad (v. 4).
b) “Terror nocturno… saeta… pestilencia… mortandad…” (vs. 5,6): En todo
tipo de destrucción que pudiéramos sufrir en cualquier circunstancia, Dios es
capaz de defendernos en todo tiempo.
c) “Mal”, “plaga” (v. 10): Si bien es cierto que los creyentes también
podemos sucumbir al mal y a las plagas, muchos más también son librados de
esto.
Completa la lista el león y el áspid, sin embargo, ante esto que nos
causa miedo y temor está el compromiso del Señor de librarnos y aún estar con nosotros
en la angustia (vs. 13-16).
Los creyentes creemos que así será, sin embargo, es
inevitable pensar en Aquel que fue angustiado y no fue librado del sufrimiento
de la cruz: nuestro Señor Jesucristo. Isaías escribe esto: “Angustiado él, y
afligido… como cordero fue llevado al matadero…” (53: 7).
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