Octubre 28 Lectura: Salmo 94:1-23
Dios de las venganzas
Este es un Salmo imprecatorio que inicia pidiendo que se muestre el Dios de las venganzas. La petición va acompañada de otras dos: “engrandécete”;
“da el pago”, igualmente imprecativas (vs. 1-3).
El Salmo continúa con la descripción de las actividades injustas de
los impíos, quienes creen que el Señor es indiferente a esto (vs. 4-7).
La siguiente sección ratifica el hecho de que el Señor no es
indiferente y, con preguntas, elimina
toda posibilidad de impunidad (vs. 8-11).
En la corrección del Señor hay bienaventuranza y en su instrucción
descanso cuando hay aflicción. El Señor está con los suyos y tras la justicia
irán los de corazón recto (vs. 12-15).
Si el Señor no ayudara, el destino sería el silencio, resbalaría el
pie, habría tristeza dentro y la injusticia dominaría; pero el Señor es roca y
refugio y venganza (vs. 16-23).
Siempre es oportuno recordar que la venganza es del Señor; que lo malo
no ha de vencer y un consejo: amontonemos ascuas de fuego sobre la cabeza de
los hombres (Romanos 12:19-21).
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