Cada día que vivimos,
Nos eres refugio por siempre.
No temo ni en corazón ni mente,
El cuidado tuyo lo sentimos.
Mi Dios es Eterno,
Es el mismo, ayer, y hoy, y por los siglos.
Más por esto en mi ser yo digo,
Que mi Dios Eterno, también es bueno.
Se constante en los días que tú vivas,
Sele fiel al Señor, mantente firme,
No le diré que quiero irme,
Vivir con él supera las expectativas.
Quiero aprender de ti Señor,
Todo aquello que a ti me asemeje,
Que lo que aprenda sea mi eje,
Para vivir la vida con valor.
La obra de nuestras manos confirma,
Aquellas que hemos de hacer cual creyentes,
A portarnos con ellas cual valientes,
Y a ser mucho más que la autoestima.
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