martes, 29 de octubre de 2019

Más que la miel


Octubre 29  Lectura: Salmo 95: 1-96:13
Salmo 95
Pensemos en las dos veces que se da la orden de venir y en la manera en cómo se manda hacerlo.
La primera vez es para venir a aclamar con alegría y con cánticos, cantar con júbilo y llegar a la presencia del Señor con alabanza (vs. 1-3). Observe las cuatro cosas que hemos de traer: alegría (Judas 24), cánticos (Colosenses 3:16), júbilo (Filipenses 4:4) y alabanza (Efesios 5:19).
La razón para hacerlo es porque Jehová es Dios y Rey grande sobre todos los dioses. Lo que sustenta esto es  lo que está en su mano y  lo que es suyo (vs. 4,5). Poder es lo sobresaliente en esto (Judas 24).
La segunda vez es para venir a adorar postrados y arrodillados delante de nuestro Hacedor (v. 6; Juan 4:24).
La razón es porque “él es nuestro Dios; nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano (v. 7; Juan 10:27-29).
Salmo 96   
“Dad a Jehová la honra debida a su nombre; traed ofrendas…” (v. 8). Quien honra se da. Que esto sea notorio en nuestra vida.
 “Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad; temed”… (v. 9). La santidad es esencial a la adoración, es conveniente, temamos (Salmo 93:5).

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