Octubre 30 Lectura: Salmo 97: 1-98:9
Salmo 97
“Alabad la memoria de su santidad” (v. 12). Así termina este Salmo,
después de una serie de acciones en las que el Señor guarda y libra a sus
santos, los ilumina y alegra (vs. 10,11). Medite en esto.
El entorno en el que el Señor reina nos ayuda entender la santidad del
Señor: nubes y oscuridad alrededor de él; un trono cuyo cimiento es justicia y juicio;
fuego delante de él y relámpagos (vs. 2-5). Este es un cuadro impresionante del
Dios en quien creemos.
Otro punto que es contra la santidad de Dios es la idolatría, existe a
pesar de que los cielos anuncian la justicia de Dios y los pueblos ven la
gloria de Dios (vs. 6-9). ¿Está usted esclavizado por este terrible mal? Salga
de ahí, crea en el único Dios.
Salmo 98
Las maravillas que ha hecho el Señor deben ser tema de lo que
cantamos, a fin de que la salvación sea notoria y la justicia del Señor,
Cristo, sea predicado en todo el mundo (vs. 1-3).
En este mundo musicalizado, el pueblo de Dios, ¿qué canta? El mar con
su bramido, los ríos y los aplausos de sus manos, así como los montes en pleno
regocijo, parecen un majestuoso coro (vs. 7-9). ¡Qué hermoso cuadro!
Cante al Señor, únase a otros a hacerlo, hágalo con el entendimiento
(1 Corintios 14:16).